Por supuesto que te quiero, imbécil. Ni dudes que te amo.
Aún sigo soñando todas las noches contigo. Esta noche te soñé. Resulta que me
desperté embriagada por ti, y agobiada. No puedo darte todo lo que pides, ni
siquiera una pequeña parte. No puedo. Claro que me lo he pensado, claro que me
lo he planteado. Ni siquiera puedo imaginármelo. Sería imposible. No seríamos
felices. Lo sé. Ahora no lo seríamos.
Joder, yo tenía las cosas claras, un 80% claras. Y ahora, me
estas ahogando en un mar de dudas. Y es horrible. No puedo llegar a la
superficie. Me estoy ahogando.
Sería perfecto tener una doble vida, la una disfrutarla
contigo, la otra disfrutarla yo sola sin ti. Sin tus llamadas, sin tus te
quiero, sin las noches, sin el sexo. Sin.
Yo sabía, incluso estando lejos, rotos, que nuestros
corazones estaban unidos. Sólo entre ellos, y nuestras cabezas no lo sabían. ¿Y
ahora te atreves? ¿Después del tiempo y la calma?
He disfrutado sin ti, a ratos. No puedes quitarme eso de un
día al otro. No puedes. No tienes ningún derecho sobre mí. Me estoy encontrado
a mí misma. Me estaba acostumbrando a ese yo divertido y despreocupado, sin
pensar en ti. Y vas y lo destruyes. Otra vez. Te encanta descolocarme.
Oh, dios. Ahora me doy cuenta. Eres igual que mi resfriado. Durante meses aparece y desaparece variando mi estado. Pero las flemas, los mocos, el frío, la tos, siempre están ahí. Y sólo es cuestión de tiempo, infusiones, caldos y cama. Camas y turismo de habitaciones. Cervezas y fiestas. Chicos y chicas.
No puedo rendirme a mis ideales. He dado mil consejos. Me he
aplicado mil teorías. Qué mierda de examen práctico haría. Vete de mí, deja a
mi corazón tranquilo. Porque estás ahí como una mosca dándose golpes en la
ventana hasta que sus 24h de vida se esfumen y se muera.
P.D.Te echaré de menos. Pero tenemos que soportarlo. Nos
encontraremos de aquí a 10 años y volveremos a vernos. Tal vez ya no sintamos
lo mismo y sería perfecto.